El embrague es una de las piezas más importantes de cualquier vehículo y una de las que más hay que cuidar. Un embrague en mal estado puede provocar problemas en el motor, así como la imposibilidad de arrancar o mover el coche. Sin embargo, pese a lo importante que es mantenerlo en buen estado, son muchos los conductores que no hacen nada por protegerlo por lo que, en este post, queremos dar varios consejos para aprender a cuidar el embrague del coche durante todo el tiempo posible.

Cuidar el embrague del coche

Trucos para cuidar el embrague del coche

1. El mantenimiento del motor es clave para cuidar el embrague

En primer lugar, la lubricación y la refrigeración de los diversos componentes del sistema que genera el movimiento del vehículo resultan fundamentales. Con estos cuidados, los elementos que se ponen en marcha a la hora de embragar se desgastan menos. Se trata de evitar la tensión que producen las altas temperaturas y usar aceite de motor de calidad para evitar problemas.

2. La importancia de hacer un arranque suave

Conviene poner en práctica este consejo, sobre todo, al estacionar, arrancar en pendiente o circular por un atasco. Si soltamos el pedal de un modo progresivo, evitaremos los inoportunos patinazos. Y también vale la pena postergar el arranque hasta que la temperatura del motor sea la adecuada.

3. Pisemos el pedal hasta el fondo

Si se hace a medias, las fricciones ocasionadas alertarán mediante unos chirridos muy desagradables. Es una muestra del rascado del embrague, un daño que hay que tener en cuenta. Por otro lado, para realizar esta acción de una forma óptima, hay que adoptar una postura adecuada. El asiento debe, por tanto, ajustarse longitudinalmente.

Trucos para cuidar el embrague

4. El pie izquierdo, fuera del embrague

En efecto, la alternativa es colocarlo en el reposapiés, que para esa finalidad existe. El mal hábito de hacer descansar el pie izquierdo sobre este pedal se asocia a un patinaje continuo. De este modo, quemamos el embrague y reducimos su durabilidad.

Este problema ocurre, sobre todo, durante los trayectos por ciudad. En estos casos es frecuente tener que usar el embrague con frecuencia y, por inercia, dejamos el pie encima del pedal. Sin embargo, al hacerlo, estaremos usando el embrague constantemente durante la marcha, lo que reduce considerablemente sus horas de vida útil.

5. Los peligros de dejar la marcha puesta

Muchos conductores no utilizan el punto muerto, por comodidad u olvido, cuando se ven obligados a detener su vehículo. Esta costumbre supone un sobrecalentamiento excesivo, además de un gasto de combustible innecesario.

Lo ideal es poner el coche en punto muerto cuando estamos en un semáforo, atasco o en cualquier otro momento en el que vayamos a detener la marcha durante un tiempo. De esta manera evitaremos desgastar el embrague y, de paso, ahorraremos combustible.

6. Alejemos la mano de la palanca de cambios

Es otro de los gestos reflejos que protagonizan los conductores despistados. La presión que ejerce el apoyo de nuestra mano en este elemento se convierte en un inconveniente a la hora de llevar a cabo los cambios de marcha. Si corregimos esta posición, no solo eliminaremos la presión, sino que también ganaremos en la seguridad inherente a la conducción con las dos manos sobre el volante.

7. La brusquedad es nuestra enemiga

Además de que produce un consumo de gasolina desproporcionado, descoordinar el embrague de los movimientos manuales o soltarlo con demasiada rapidez contribuye a un deterioro tanto físico como de sus funciones. Por consiguiente, hay que acostumbrarse a pisar el pedal de una manera delicada.

mantener el embrague en buen estado

8. El control del punto de embrague en la sujeción al frenar

Esta situación surge cuando se dan imprevistos en la vía que obligan a frenar con urgencia. Controlar el recorrido del embrague y sus puntos concretos es imprescindible para coordinar el gesto de soltar el freno y pisar el acelerador con suavidad. El conocimiento profundo de este mecanismo descarta el riesgo de que el embrague se quede a la mitad de su recorrido. Así que no tendremos que preocuparnos de calar el motor del automóvil.

9. Mantengamos el cárter seco

El mantenimiento de un vehículo también requiere una especial precaución con algunos de sus componentes más sensibles y relevantes. Uno de ellos es el cárter, cuyo funcionamiento puede verse perjudicado en la limpieza. Si se incluye en ella agua a presión, el líquido puede llegar hasta este elemento y estropearlo.

10. Atención a las vibraciones extrañas

Por último, los buenos conductores saben interpretar las averías que pueden estar sufriendo sus coches. Debemos fijarnos en los sonidos y procesos extraños que se manifiesten durante la circulación. Los tirones al arrancar o los cambios de marchas que chirrían son ejemplos de estos problemas. Cuidar el embrague implica redoblar la atención en las pautas de conducción y el comportamiento del motor.

No olvides llevar el coche a un taller mecánico

Si crees que el embrague puede estar fallando, lo mejor que puedes hacer es acudir a un mecánico de confianza para que revise por completo la mecánica del coche. Detectar una avería a tiempo puede suponer un ahorro económico importante, sobre todo porque podemos evitar una avería o rotura aún mayor.